El otoño no se puede entender sin castañas ni sidra dulce, así que el pasado viernes 25 celebramos en el cole la fiesta del «magüestu» o «amagüestu», como se lleva haciendo en Asturias desde tiempos inmemoriales.
El tiempo se portó bien con nosotros y tuvimos un día espléndido que nos permitió estar toda la mañana al aire libre. Cada uno llevamos un puñadín de castañas de casa y las echamos en un tamboril para que se asaran. Desde muy pronto vinieron a ayudarnos a hacer la hoguera y a preparar el llagarín para la sidra dulce (vinieron desde La Sidra para enseñarnos como se hace). Allí estuvimos contemplando el fuego y mayando las manzanas con un mayu que pesaba un montón y después las metimos en el llagar para beber la sidra recién hecha. Trabajamos mucho, pero mereció la pena porque la sidra estaba riquísima y comimos un montón de castañas. Luego bailamos muchas canciones asturianas y no asturianas, porque nos encanta la música de todas partes. En fin, que nos lo pasamos muy bien y cuando llegamos a casa les preguntamos a papá y a mamá: ¿y mañana podemos hacer el magüestu otra vez?