El final del primer curso del Colegio Andolina ha sido, al mismo tiempo, el inicio del que vendrá. Es en la pausa donde se decide cómo dar el siguiente paso.

Colegio Andolina. Fiesta de Fin de Curso. 2011/2012

La vida no es una línea, la línea es solo una representación de lo que intentamos reflejar. En la vida de Andolina, la última línea escrita ha sido la de una fiesta, reflejo de lo próximo que vendrá. Lo siguiente, ahora, son los campamentos de verano, en los que todo está dispuesto para que las sonrisas sean de colores. Después, en septiembre, en Andolina procuraremos no olvidar que Paul McCartney odiaba la música en aquellos años en que iba a la escuela. Intentaremos buscar las otras dimensiones del conocimiento para no ceñirnos a lo lineal. Nos acordaremos de que a Elvis Presley le negaron la entrada al club de canto de su colegio, para que no sea la negación lo que nuestros hijos escuchen desde que se despiertan.

Estos son los propóstios que nos interesan. Se trata de aprender… y de pensar sobre lo que aprendemos. Con esa intención ya estamos imaginando las Segundas Jornadas Andolina que estarán pensadas para ‘profesionales’ de la educación, madres, padres y todos aquellos que estén interesados en la crianza y en la educación respetuosa con la Infancia. “La estructura de la educación está cambiando bajo nuestros pies», dijo Ken Robinson. En ese camino nos encontramos.