Mañana, 28 de mayo, los niños y niñas de primaria se van de excursión de fin de curso.

Será una excursión larga, de las que molan, de quedarse a dormir y todo (ay, ay, ay, qué nervios).

Así que había que organizar algo para poder pagar el albergue, el autobús, el desayuno…

Surge así el MERCADILLO ANDOLINA que se celebró el pasado sábado.

Mercadillo Andolina

Organizar un mercadillo no es tarea sencilla. Lo primero es clasificar las cosas que aportan las familias: libros, ropa, juguetes… ¿esto qué es? un pica-ajos ah, vale,…Poner precio a todo. Crear las cajas expositoras. Fabricar los objetos para la sección Hecho a mano. Idear el método de pago. Hacer los tarjetones para el método de pago. Escribir doscientos números en doscientos tapones para la rifa. Diseñar la distribución de tiendas y tenderos/as. Dibujar los carteles publicitarios. Confeccionar los tiques de comida. Y un larguísimo etcétera con cabos sueltos de última hora a los que hay que dar solución, claro.

Mercadillo Andolina

Pues bien, organizados en grupos de trabajo, se pusieron manos a la obra y en una semana lo tenían todo listo. Implicación total. Una vez más, trabajo en equipo, para algo suyo, con un fin común.

El mercadillo no pudo salir mejor. Un mundo de tesorillos ordenados en diferentes puestos hicieron que las familias bailáramos de uno a otro buscando y encontrando la ganga del siglo. La megafonía superanimosa nos recordaba todo lo que había: libros para todas las edades, ropa para todas las estaciones, empanadas, plantas del huerto, caballitos de madera, y, claro está, los objetos que habían hecho los/as andolinos/as: carpetas preciosas con dibujos al agua, pendientes con perlitas de colores, las pulseras más chic para este verano y hasta una lámpara de diseño a la que le salieron multitud de pretendientes. Todo un éxito. Y luego, cómo no, compartimos comida (una pasta y una paella riquísimas hechas in situ por nuestros chefs adultos) mientras mostrábamos con orgullo las adquisiciones. Hubo hasta una actuación musical improvisada gracias a Noelia, una chica que vino a hacer prácticas al cole y que compuso una canción chulísima sobre Andolina.

Mercadillo Andolina 2015

Siento no poder daros el dato de si se ha conseguido el dinero necesario para realizar la excursión, lo que sí puedo deciros es que, una vez más, los niños y las niñas de Andolina nos demuestran que lo que en un principio se antoja como una tarea difícil se convierte en un disfrute si es colectiva y el grupo trabaja para el grupo (esta carpeta en la que he invertido horas de trabajo y que me ha quedado tan chula no es para mí, es para que todos/as podamos hacer la salida de fin de curso). Y es un gustazo verles hacer esto con toda la naturalidad del mundo. Experimentando que no hay nada mejor que compartir con ilusión.

Toda una lección. Todo un lujo.