Bebemos de la inspiración de grandes figuras de la pedagogía como Montessori, Freinet, Reggio Emilia, Pestalozzi o Rebeca y Mauricio Wild. Respetamos el ritmo y las necesidades de cada peque, acompañando en sus emociones, inquietudes y descubrimientos.

En nuestro cole no existen los deberes. En la etapa de primaria y partiendo de las inquietudes de cada estudiante, sí acordamos una serie de proyectos y compromisos a desarrollar durante parte del horario escolar.

Lo prolongamos tanto tiempo como sea necesario y posible por parte de las familias. El equipo docente planifica y va adaptando con esmero este proceso hasta lograr que cada criatura se desenvuelva en el cole con confianza, libertad y autonomía.

Agrupamos al alumnado por nivel de madurez e intereses, no estrictamente por edades, lo que permite un desarrollo individual óptimo sin forzar ni retrasar el aprendizaje. El equipo docente siempre está pendiente de todo tipo de necesidades más allá de las habitualmente diagnosticadas, especialmente a nivel emocional.

No existe una duración específica. La mayor parte del tiempo (casi todo en el caso de infantil), son los niños y las niñas quienes deciden a qué quieren dedicarse. El profesorado les guía de forma que ello les aporte aprendizaje y enriquecimiento.

Sí, siempre que respeten las actividades de otros grupos y las normas de convivencia consensuadas.

Como cooperativa de familias que somos, funcionamos gracias a un sistema de voluntariado por medio del cual ayudamos o participamos en tareas relativas al funcionamiento del centro, como por ejemplo, labores de comunicación, organización de cursos o mantenimiento.

No. Si bien existen ciertas rutinas que debemos respetar, cada peque se implica en las actividades del cole en la medida en que le apetezca o se sienta en cada momento. En las asambleas o corros es donde proponen y deciden esas actividades.

Partimos de la base de que la evolución de los niños y las niñas en un entorno adecuado que atienda a sus necesidades reales, les aporta de forma natural las herramientas necesarias para gestionar las emociones. Sin embargo, como es lógico, a veces surgen conflictos. En estos casos el equipo docente siempre favorece la empatía y ayuda a identificar cada emoción y cada necesidad.